Hace ya más de 13 años se estrenó la película de James Cameron: Avatar, y en su momento llego a representar un gran avance técnico, ya que presentó una nueva forma de crear mundos de fantasía y criaturas mágicas. Tras su estreno logró romper récords habidos y por haber, por lo menos hasta antes de que llegará Endgame, pero siempre se habló de la simplicidad de su historia y de los personajes, lo cual se vio opacado por sus sorprendentes visuales. Mismos que se volverían casi un estándar en las mega producciones de Hollywood, y que permitirían la aparición de gigantes como el Universo Cinematográfico de Marvel.
Algunos años después se empezó a hablar de una posible secuela, la cual después de muchos problemas tuvo que irse retrasando, hasta que hace unos días por fin, Avatar 2: El camino del Agua, pudo estrenarse en cines. Sin embargo, esta vez no es lo mismo, su director ha dicho que la historia que presenta es “prometedora”, y además tenemos aseguradas por lo menos 3 secuelas más. Y de esta forma establecer a Avatar como una franquicia, que pueda competir con los grandes. Por lo que esta nueva entrada tiene que despegar duro para que Pandora esté en la boca de todos.
Retorno a Pandora
Difícilmente alguien recordará lo que sucedió en la primera entrega, tenemos al protagonista Jake Sully (Sam Worthington) un militar que se suma al programa Avatar, y que tiene como misión infiltrarse entre los Na’vi, pero termina empatizando con ellos y traicionando a los humanos, incluso liderando la guerra en contra de ellos. Después de su victoria decide quedarse en este nuevo planeta y formar una vida en su nuevo cuerpo.
Pero no solo eso, puesto que el Coronel Miles (Stephen Lang), que hará su regreso como un clon, se encargará de darle casa a Jake, por los medios necesarios. Esto obligará a que deje su posición como líder y busque asilo en una de las tribus lejanas que habitan cerca del agua.
Bajo el mar
Desde este punto, nos enfocaremos más en las perspectivas de los hijos, y de su travesía para adaptarse a los Metkayina, al mismo tiempo que pasaremos más a un documental sobre la vida marina, lo cual pudo resaltar aún más el ecosistema variado de Pandora, pero más allá de una ballena y de unas cuantas criaturas más, no existe una diversidad, lo cual es triste, ya que las escenas durante este paseo debajo del mar llegan a deslumbrar.
Asimismo, muchos de los personajes presentados llegan a estar vacíos, principalmente debido a su poco tiempo en pantalla, poco se llega a saber sobre ellos, haciéndolos difíciles de reconocer o incluso empatizar. Irónicamente, la duración de la película se puede sentir como una eternidad, por tantas subtramas que se van introduciendo para presentar a los personajes, por ende el conflicto principal se siente acelerado durante el tercer acto.
Por supuesto, el aspecto más cuidado fue el de los efectos especiales, ya que hay una clara diferencia entre las tribus, ecosistemas y personajes. Lo cual hubiera sido un poco problemático, dado que tenemos cientos de películas hechas a partir de CGI, y a estas alturas no hubiera sido sorprendente, pero llega a desatacar en ciertos momentos en donde se puede apreciar el trabajo y detalle que tuvieron estos.
Veredicto
Dicho todo esto, Avatar 2: El camino del Agua probablemente no llegue a la altura de la primera y ni siquiera este en sus planes, ya que toda la película está encaminada a ir estableciendo argumentos para sus siguientes secuelas. Pero en lo que respecta a esta entrega, falla en traer algo nuevo y termina apoyándose en elementos de la anterior, incluidos los villanos genéricos y personajes vacíos; sin embargo, llega a ser lo bastante entretenida para pasar un buen rato y admirar escenarios bellos.
